Panza arriba: estado de bienestar que adoptaba la pequeñita Col muy a menudo.



sábado, 30 de junio de 2012

Swiss

Ya tengo practicamente todo preparado para la Swiss Irontrail de la próxima semana, incluso el dorsal, 222. Curioso.

Estos suizos son gente seria. O lo parecen.
Es la primera edición de esta prueba y desde la organización me de la impresión que no quieren que nada quede en el aire. Nos han solucionado el transporte de nuestro equipaje personal del hotel de salida al de llegada, nos ha enviado un ticket de tren de nueve días de viajes ilimitados entre la llegada, en Chur y la salida en Pontresina, nos colocan, como si de una foca en peligro de extinción se tratase, un localizador, y hasta nos envian el "menú" que nos vamos a encontrar en los avituallamientos, entre otras cosillas: Panecillo con pasa sultana, peras secas y higos secos,  Potaje “Graziella",  panecillo blanco de corteza frotada con potasa y guarnecida con granos de sal gorda, tarta de nueces de los Grisones,  cerveza sin alcohol,...no tiene mala pinta el catering.
Por otro lado, nos informan que debido a las últimas nevadas hay unos cuantos pasos altos con nieve. Uff. Y algún que otro rio, el cual debemos pasar, que baja con crecida.
Bueno...y a todo esto hay que sumarle mas de 200 kilómetros, 11.000 metros de desnivel positivo, un glaciar y dos noches de insomnio.

Voy ilusionado. No sé cómo discurrirán los días, ni cómo responderá mi cuerpo, ni si he entrenado lo suficiente para tal paliza, pero la experiencia me dice que con tranquilidad, humildad e intentando gestionar bien todo, puedo llegar.

Mientras llega el momento de la partida hemos pasado cinco estupendos días en el valle de Benasque, que nos han hecho reencontrarnos con las grandes alturas, con picos que parecen inalcanzables a simple vista.


Con paisajes sobrecogedores. Compartidos, la mayoría de los días, solamente con las ruidosas marmotas.
Cada vez me encuentro mas a gusto en este entorno.


Comentando con un amigo cuales iban a ser mis próximas pruebas y entrenamientos, este me decía que eso no era de gente normal.
Me empiezo a preocupar...por la gente "normal".

lunes, 18 de junio de 2012

Paseíto por la costa.

Gipuzkoa es la provincia más pequeña. Y según el Instituto Geográfico Español una de la que menos kilómetros de costa tiene, 66.

Camino a Zumaia, la playa de Zarautz.
Le tenía desde hace tiempo ganas a este reto. Un reto o prueba que me hacía mucha ilusión poderla completar.
El objetivo, aprovechando el Camino de Santiago de la costa, completar de un tirón todo el kilómetraje que une Irun y Mutriku, último pueblo de la costa, a un paso de nuestra vecina Bizkaia.

Ayer lo hice. Reto conseguido.


75 Kilómetros de mar y monte, cruzando todos y cada uno de los pueblos de la costa gipuzkoana.
Y constatando que no tenemos una costa para nada llana. Subí, bajé y troté para superar un desnivel de mas de 3000 metros positivos.

Buen entrenamiento. Buena paliza. Felicidad.

Final. Si, toda esa linea de costa es la que he completado.
Ahora, a por lo siguiente. Sin solución de continuidad.

lunes, 11 de junio de 2012

Mis Stone Roses

Hemos vuelto...
Nunca nos habíamos ido...
Podía ser una foto de hace 16 años, pero no, es de este pasado sábado.

Podía ser una imagen de hace 16 años, pero no, es de este pasado sábado.

El tiempo es capaz de secar, marchitar, decolorar la vida, pero a pesar de toda su fuerza, si la base es lo suficientemente fuerte, no sera capaz nunca de arrastrar la verdadera Ilusión.

Este sábado he podido, por fin, ver en directo a The Stone Roses. 16 años han pasado desde que se disolvió el grupo. Pero durante todo este tiempo he tenido la sensación de no haber cerrado el circulo con ellos, de no haber podido saldar cuentas. Como cuando un amigo se va y no te has podido despedir en persona de el.

Y ha sido este fin de semana cuando he tenido la oportunidad de hacerlo. Cuando he cerrado el circulo con ellos. Y de la mejor forma soñada. En directo.

No voy a valorar el concierto. No seria objetivo. Como no lo sería con un "amigo".
No voy a mostrarme crítico con Ian Brown por desafinar. Porque nunca ha sabido cantar.
No voy a incidir en el poco feeling que hay entre Ian y John Squire. Porque nunca lo ha habido.
No voy a censurar la poca actitud vital demostrada por ellos. Porque la razón de todo esta en la necesidad de "cash".
No voy a mostrarme sorprendido por la banda de cuarentones nostalgicos que componía el público. Porque yo era uno de ellos.

Me voy a mostrar totalmente feliz y satisfecho, por haber podido pasar un fin de semana genial, en compañia de amigos, y por haber podido mantener la ilusión intacta tantos años a la espera del gran momento.
Como el vivido la pasada noche en Barcelona.

Gracias.


lunes, 4 de junio de 2012

Hiru Haundiak

Momentos antes de tomar la salida me sentía extraño, fuera de lugar. Todo lo que estaba sucediendo me resultaba ajeno...como que la cosa no iba conmigo.
No estaba en absoluto nada nervioso. Mala señal.  Y no creo que esta vez compartiese sensaciones con los demas corredores.

Se da la salida. Rápida. Y ya en el kilómetro tres nos descolgamos del gran grupo.
Subiendo el Gorbea cada vez vamos viendo menos luces de corredores. Es noche cerrada, hace calor,... vamos muy lentos.
Me giro y pregunto; Silvia, ¿qué tal vas?.  Bueno, no muy bien.

No necesité nada más. Lo poco que había de mi en carrera se esfumó totalmente.

En Otxandiano, kilómetro 30, nos esperaba el autobus de los retirados, en nuestro caso de los "fuera de control". Llegamos tranquilamente, al amanecer, después de seis horas de caminata y con la rara sensación de saber, de antemano, cual iba a ser el desenlace de estos Hiru Haundiak.

No quiero buscar excusas.
Quiero pensar que no era el día.

Lo mejor, como siempre, el volver a compartir momentos con buenos compañeros, Javi, Kauldi, Albertxo, David, Fran, Enrique,...

Fran la completo en 21 horas y Enrique en 19.


Buscando no dejar esta historia de la Hiru Haundiak cerrada de esta forma tan poco deseable, ayer domingo volvimos a Araia, el punto final de la prueba, para comprobar como hubiesen sido esos últimos kilómetros.
Disfrutamos subiendo, entre la niebla, el Aratz y Aizkorri y bajando entre un magnifico bosque de hayas por donde dentro de dos años seguro que correremos camino de la Meta.