Si la muerte te llega en dura pugna con un engendro así, no es una deshonra para el escudo de tu familia y se entiende que tu valor ha estado a la altura.
El sábado al amanecer, mientras disputaba esta Ultra y estaba prácticamente rendido, con calambres, un molesto dolor de tripa, unos pensamientos traicioneros,...recibí una llamada de Silvia. Le conté mi situación desesperada, el oscuro futuro que me esperaba, mis dudas,...no quiso seguir escuchándome "Vamos Asís por favor, que te acompaña Espartaco, estate a la altura de las circunstancias. Valor."
Miré a mi acompañante. Sí, efectivamente era Espartaco. No podía fallar.
El sábado al amanecer, mientras disputaba esta Ultra y estaba prácticamente rendido, con calambres, un molesto dolor de tripa, unos pensamientos traicioneros,...recibí una llamada de Silvia. Le conté mi situación desesperada, el oscuro futuro que me esperaba, mis dudas,...no quiso seguir escuchándome "Vamos Asís por favor, que te acompaña Espartaco, estate a la altura de las circunstancias. Valor."
Miré a mi acompañante. Sí, efectivamente era Espartaco. No podía fallar.
La siguiente vez que hablé con Silvia fue desde la meta. El monstruo había caído a nuestros pies. Espartaco y yo habíamos podido con él. Estabamos felices.
Gracias.