Panza arriba: estado de bienestar que adoptaba la pequeñita Col muy a menudo.



lunes, 29 de agosto de 2011

Querer es poder



Le tenia ganas a esta prueba desde hace tiempo ya que todas las referencias a ella eran muy buenas: paisajes preciosos, muy bien organizada, montaña de verdad,...
Este año, de cara a la preparación del Tor de Geants, me parecía que era el momento de hincarle el diente. La larga, a solo 14 días del comienzo de la bestialidad de Italia, se me antojaba un poco demasiado, en cambio la corta de "solo" 80 kilómetros era perfecta como preparación, como un último buen entreno para ir a Aosta con los deberes bien hechos.
Si todo esto no fuese suficiente, tenía también desde hace tiempo muchas ganas de que Silvia se estrenase en esto de los trails. Y a pesar de lo dura de esta prueba, 80 kilómetros, mas de 5.000 metros de desnivel y terreno técnico en muchos de sus tramos, me decidí a inscribirla a ella también.

Muchos de los entrenamientos largos que he realizado este año han sido en su compañía, salidas de hasta 50 kilómetros con desniveles superiores a 2.500 metros los ha solventado con relativa facilidad, pero ya sabemos que una prueba de estas características, con sus muchisimos kilómetros, con sus durisimas subidas a alturas considerables, con los efectos de una noche sin dormir, no son como para tomárselo a broma.
Días antes de la salida yo estaba bastante nervioso, bastante mas que si solo participase yo. Mi único objetivo era que Silvia, en este su primer trail, disfrutase,...terminase o no.

La noche del jueves 25 al viernes, que era cuando salían los valientes de la Ultra para afrontar los 160 kilómetros, fue malisima. Tan mala que la salida se retraso dos horas, de las 5 a las 7 de la mañana y las previsiones para el primer día eran de mucha lluvia y frió, mucho frió. En cambio para el fin de semana se esperaba una mejoría considerable, pero con temperaturas muy muy bajas en las cumbres. 

El sábado a las 5 de la mañana, con bastante frió y tras no haber dormido mucho, nos dieron la salida en el pequeñito pueblo de Ville de Aure, bajo la estación de esquí francesa de Saint Lary Soulan. Teníamos 25 horas para completar los 80 kilómetros y subir todos los picos que marcaba el libro de ruta.
Muchisima gente, eramos creo que casi 800 inscritos, y nada mas salir y tras el primer kilómetro miro hacia atrás... vamos los antepenúltimos!!!
Mucha gente no es muy consciente de su nivel o no quiere serlo. Muchos de los que salieron corriendo los pasaríamos después en las primeras rampas del primer col con claros signos de ir hechos polvo y de haberse quemado quizás en esos primeros kilómetros.
Nosotros marcándonos un ritmo cómodo pasamos la primera dificultad, el Col de Portet de 2.200 metros, con las primeras luces del día. En la bajada llega el primer avituallamiento, hace mucho frió y no queremos quedarnos demasiado tiempo en el. Tomamos algo de jamón york, queso, galletitas saladas y un poco de Coke y seguimos para adelante.
Durante la siguiente ascensión, al Col de Bastanet de mas de 2.500 metros, vamos pasando a mas gente. Tenemos hasta la una del mediodía para completar los primeros 30 kms, hasta Artigues, y no caer en la primera criba. Manteniendo el mismo ritmo de estos primeros kilómetros no me parecía que fuésemos a tener demasiados problemas para pasar con holgura por ese punto kilométrico.
El cielo que al amanecer estaba completamente despejado cuando empezamos el descenso empieza a cubrirse de nubes. El paisaje es extraordinario.

Entramos en una zona de grandes piedras, bastante técnica, con unos cuantos pasos complicadillos y Silvia que hasta entonces lo llevaba haciendo todo perfecto, empieza a ponerse nerviosa, el miedo a resbalar y caer le hace avanzar muy despacio. Para completar los siguientes siete kilómetros necesitamos bastante mas tiempo del deseado y muchos a los que hemos pasado subiendo nos sobrepasan bajando.
Cuando llegamos a Artigues son las 12:40, solo a veinte minutos del cierre de control. Satisfechos de haber podido solventar un momento critico, pero también conscientes de la posibilidad de encontrarnos con pasos tan complicados en las próxima horas y con bastante menos luz. 

Paramos justo lo necesario e imprescindible como para beber y comer algo, las galletitas saladas estaban buenisimas, y salimos dirección a lo que iba a ser la ascensión mas larga del día, primero el Col de Sencours de 2.350 metros e inmediatamente después el Pic du Midi de 2.870, en total un desnivel positivo de mas de 1.700 metros.
La niebla ya cubre las cimas de los montes y la temperatura a medida que  ascendemos va bajando considerablemente. 
El ritmo que imprimimos es muy bueno y pasamos a muchos participantes, la mayoría son franceses. Silvia así como bajando se arregla peor, subiendo disfruta y se encuentra mas a gusto. La veo otra vez contenta y muy fuerte.
Hacemos cima en el Col de Sencours con relativa facilidad, con tiempo de sobra respecto al cierre de control que la organización había establecido en este punto para las 16:00 horas. Tomamos algo rápido en el avituallamiento preparado en una borda por una perfecta Organización y nos disponemos a encarar los 3,5 kilómetros en zig zag y 500 metros de desnivel positivo que todavía nos quedaban hasta llegar a la cima del Pic du Midi.
La niebla lo tapa todo y el paisaje mas bien nos lo tenemos que imaginar. Una pena.

La subida y bajada al Pic du Midi se realiza por la misma pista, y mientras subíamos nos fuimos cruzando con participantes que ya bajaban. El saludo era continuo y recíproco Courage, Bravo,...
La subida a este pico la disfrute mucho, yo me encontraba perfecto y le veía a Silvia muy metida en la prueba y manteniendo un ritmo buenisimo.
Las últimas rampas son duras y empinadas, de piedra suelta, y llegamos a pasar a mucha gente que con anterioridad nos había pasado bajando.
En la cima, donde se encuentra el observatorio, habían colocado un control de paso, aquí la gente llegaba bien tocada y muchos de ellos tenían que tomarse su tiempo para descansar. En el avituallamiento de Sencours y durante el ascenso al Midi vimos a dos participantes a los cuales habían tenido que aplicar oxigeno y a uno de ellos también el goteo.

Nosotros apenas pasar por el control de la cima ya bajamos otra vez dirección al Col de Sencours y de aquí seguimos descendiendo hacia el siguiente punto de control y avituallamiento, Tournaboup kilómetro 50, donde teníamos que pasar antes de las 20:00. El colchón de tiempo respecto al cierre de control ya era suficientemente importante como para tomarnos la bajada mas relajada y sin tantos nervios.
Esta vez el descenso, con el famoso Tourmalet siempre a la izquierda, es relativamente fácil y por una pequeña senda bien marcada.
Tournaboup a 1435 metros de altura, en la estación de esquí de Superbareges, era el último punto donde la organización estableció la posibilidad de abandono y posterior traslado en autobús a la llegada. De aquí en adelante sin posibilidad de traslado cada uno se las arregle como pueda.

Al llegar la organización nos revisó el material obligatorio, sobre todo las prendas de abrigo y nos advirtió de la posibilidad de encontrarnos temperaturas muy muy frías durante la noche y a lo largo del trayecto que nos quedaba.
Silvia un poco asustada con las predicciones del tiempo, con el hecho de ser este punto el ultimo con retorno, de la llegada de la noche y de la posibilidad de encontrarnos con un terreno complicado, me preguntó por su posible retirada.
Momento delicado y que salve con un "esta prueba la hemos venido a terminar los dos juntos" :)

Cuando salimos de este avituallamiento, bien abrigados, ya eran casi las siete de la tarde, todavía de día y nos quedaban 30 kilómetros duros y la mayoría de ellos a oscuras.
Decidimos comenzar el ascenso al siguiente Col, el de Baréges de 2.470 metros, en grupo, pero a medida que ascendemos y gracias a nuestro ritmo muy constante, vamos dejando a los integrantes del grupo atrás.
Cuando hacemos cima la noche es cerrada y fría.
Ahora nos tocaban mas de 9 kilómetros de descenso hasta el siguiente punto de control, de noche solo con las luces de nuestros frontales y con la posibilidad de que estos fuesen por piedras y complicados para Silvia.
La bajada, por suerte, no es mala, pero la hicimos despacio, bien seguros de nuestros pasos y gracias al buen trabajo de balizaje de la organización sin mayores complicaciones. Durante el descenso nos encontramos a un participante parado y totalmente desorientado. Se nos acopla y así en grupo de tres bajamos durante un buen rato.
Bajada que se nos hizo bastante larga y tediosa al atravesar durante bastantes kilómetros un bosque cerrado, con infinidad de arroyos que había que atravesar y muchas veces cruzar por la mitad, con el consiguiente remojón de pies.

Con bastantes horas ya de oscuridad llegamos al último avituallamiento, Merlans, kilómetros 67, el frió en esta noche estrellada era considerable y nos quedaba todavía una pequeña ascensión de apenas 200 metros de desnivel al último col, el de Portet.
En el concurrido avituallamiento se estaba de maravilla, calentitos y bien rodeados de viandas. Pero...había que proseguir. Quedaban todavía 13 kilómetros, de los cuales 1,5 eran de ascensión hasta el col por una excelente pista y 11,5 de descenso por unas pistas empinadisimas de la estación de esquí de Saint Lary Soulan.
Con tranquilidad, paciencia, sin signos de sueño y siguiendo las cintas puestas por la organización hacemos cima y posteriormente empezamos a descender. Un participante que en ese momento pasamos nos comenta que va muerto de sueño y que allí mismo se paraba a echar una cabezadita. Uff, con el frío que hacia.
Un descenso muy largo, con bastante niebla, pero sin mayores complicaciones y sin signo ninguno de decaimiento por parte de Silvia, ni mio.
Las ganas de llegar hacen que muchos participantes nos pasen corriendo, jugandose una mala caída.
Las luces del pueblo de Vielle de Aure se empezaban a ver en el fondo del valle.
Ya soñabamos con la meta y con una emocionante llegada. Pero esta todavía se hace esperar.
Los últimos kilómetros por una pista semiasfaltada sirven para que media docena de participantes nos pasen corriendo. Y a falta de un kilómetro, con mas ilusión que fuerzas, somos nosotros los que aceleramos el paso, y corriendo al trote entramos en Meta, brazos en alto y entre aplausos de bastante gente.
Felices y muy contentos. La emoción del momento me hace no fijarme en la hora, pero no importa, todo ha salido perfecto. 
Silvia se ha comportado como una campeona, como lo que es.


A falta de confirmación en la clasificación oficial me parece que nuestro tiempo fue de algo mas de 22 horas. Un tiempazo, si señor.
Silvia cosecha sus primeros tres puntos para el Ultra Trail del Mont Blanc de 2012, jejeje.

Personalmente me he encontrado bien, y las sensaciones han sido muy buenas, las esperadas. Ha sido un paso mas hacia lo que me espera en menos de quince días.

Col.

4 comentarios:

  1. Felicidades pareja.

    ¿He leído algo de puntos para el UTMB?, jajaja, ¿qué andas tramando?. Bueno, que hay una ultra trailera más en el mundo.

    Me alegra saber que la prueba es recomendable, queda apuntada en la agenda de las posibles.

    Un abrazo.

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  2. Gracias Ciego.
    La prueba es muy recomendable, bonita y muy bien organizada.
    La señorita Silvia esta muy contenta con su proeza, y creo que ya le he inoculado el veneno del trail. Ya veros que pasa en el 2012.

    Cuidate.

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  3. Buena prueba y buena crónica.
    Y lo mejor es hacerla en buena compañia.
    He preparado una especie de chuleta con el road book traducido a mi manera y previsiones de tiempo y le he subido a http://filedropper.com/showdownload.php/chuleta

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  4. Sois la O.....a!!!!!!!!

    Xantabat

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