Panza arriba: estado de bienestar que adoptaba la pequeñita Col muy a menudo.



domingo, 30 de enero de 2011

Domingo descanso.

Me pasa. Cuando en un entrenamiento todos los factores que infuyen en el, climatología, recorrido, estado de forma,... se alian positivamente, la satisfacción una vez terminado es enorme.

Esta sensación debió experimentar Billy Wilder en 1957 cuando dirigió "Testigo de cargo".
Entre los protagonistas, un Tyrone Power, galán venido a menos, una Marlene Dietrich, estrella ya muy mayor, un Charles Laughton, no precisamente en su mejor momento. Y la historia, una obra de teatro de Agatha Christie. Pero todos estos factores se aliaron positivamente bajo la esplendida dirección de Wilder.

Leonard Vole (Power) es detenido bajo la acusación de haber asesinado a una millonaria anciana. Sir Wilfrid Roberts (Laughton) un prestigioso abogado, accede a defenderle. Y la única coartada de Vole es su esposa Christine (Marlene).

Los actores están soberbios.  Los diálogos son extraordinarios, con un Laughton sobradamente irónico, en dura pugna con su enfermera Miss Plimsoll (Elsa Lanchester), que era su mujer en la vida real.
Es una mezcla entre  drama y comedia, como tanto gustaba a su director.
La he visto muchas veces y siempre le encuentro algo especial. Tiene escenas inolvidables.

Una gran pelicula, como un gran entrenamiento el de ayer. 32 kilometros mas para el saco.

Col.

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