Vuelven las buenas sensaciones. Menos mal. Tras dos semanas de claroscuros, de molestias musculares, de no poder recuperar bien,... y porque no decirlo, de poquitas ganas de entrenar, este fin de semana me he vuelto a encontrar bien.
En uno de esos días lluviosos, hace dos semanas, que invitan poco a salir al monte y siguiendo mi programa un poco anárquico de entrenos, me decidí a salir. La idea era no hacer mucho, la motivación era casi nula al comienzo, el típico día tonto. Estos son los peligrosos.
Poco a poco comenzaron a caer los kilómetros, 20, 30, 40, 50, 60, y llegue a los 63 lluviosos kilómetros en poco mas de 8 horas y media, con 2700 metros de desnivel +. Termine baldao, apenas comí y bebí mas bien poco. Desde entonces arrastro este medio cuerpo.
En estas dos semanas me he tomado un respiro, bajando considerablemente el ritmo y los kilómetros. Esperando la luz.
Y este sábado la vi. Aprovechando el magnifico día y siguiendo en buena parte el recorrido de la ehunmilak, nos hicimos 10 horas 1/2 de pateada entre Tolosa y Ordizia, con visitas a Gazkue gaina, Txindoki, Ausa Gaztelu,... Gozada.
Vuelvo a ser el de siempre. Un matao:)
Ayer domingo las opciones que tenia pasaban por ir a Zegama o ir a Zegama. Lo tenia claro.
Que envidia! Como disfrute viendo pasar y animando a los "mataos" del Marathon del Aizkorri. Que duro resulto. El calor, las rampas, los 42 kilómetros. Y es de admirar como todo un pequeño pueblo, como Zegama, se vuelca con esta prueba y como han conseguido que sea un referente a nivel mundial.
El año que viene lo intentare de nuevo en el sorteo.
Ver la cara de sufrimiento, los calambres generalizados y alguna que otra buena caída deberían ser suficientes como para no querer participar en esta durísima prueba, pero año tras año somos mas los que intentamos tener suerte y que sea nuestro nombre el que salga elegido en el sorteo y así poder sufrir.
Zegama se convierte durante un fin de semana en la Tierra de los Sueños.
Col.
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