Panza arriba: estado de bienestar que adoptaba la pequeñita Col muy a menudo.



martes, 3 de mayo de 2011

Sigo con mis cosas

Poco deporte televisado veo ultimamente, quizás algún partido de la Real y alguna que otra clásica o prueba ciclista. 
El deporte profesional, el que televisan, no me atrae como antes y no me siento en absoluto identificado con estos eventos ni con sus protagonistas, los asuntos de dopaje, conocidos y no conocidos y la falta de ética del mundo que los rodea, han hecho que adopte esta actitud.
Contra mas deporte hago mas valor le doy al deporte amateur. Aunque últimamente me consta que esta mundo no profesional muchas veces se comporta como tal, y las marcas y tiempos priman mas que otros factores mas importantes para mi.
Dice un amigo mio, que desde que se publican los tiempos de las pruebas no profesionales por internet la gente vive un afán de superar al vecino, amigo, conocido,... del cual ahora conoce al dedillo sus buenas o malas marcas.
No le falta razón.

Entre las pruebas televisadas que intento no perderme están las etapas de montaña de Tour o Giro. No por su emoción, sino por la belleza de las imagenes y por la posibilidad de intuir la dureza de las rampas de esos puertos inmensos y larguísimos. 
Estas retrasmisiones me han estimulado y motivado para acercarme en mas de una ocasión a esos lugares para "sufrir" en mis patas esas ascensiones: Galibier, Alpe D´huez, Mont Ventoux, Glandon, Izoard, Gavia, Stelvio, Mortirolo,... He sido feliz retorciendome en sus desniveles.

Este sábado comienza el Giro, y como no podía ser de otra forma con el doping como noticia. Pero el interés bajo mi punto de vista vuelve a estar en esas etapas dolomíticas, en concreto en la 14ª, del sábado 21 de mayo. 210 kilómetros, entre Lienz y Monte Zoncolan. Quizás con los últimos 50 kilómetros mas duros de la historia en una etapa de una gran vuelta.
En estos últimos 50 se sube el desconocido Monte Crostis, bestial, la subida y la bajada, y para terminar el inhumano Zoncolan.

Este año vuelvo a Italia, en estos últimos años se esta convirtiendo en un destino fijo en mis vacaciones, esta vez a "pasear" durante 335 kilómetros por el valle de Aosta. Voy en coche y me estoy planteando el llevar la bici. Cierto es que despues del paseito mis patas estarán para pocas gaitas, pero...

Hoy me he tomado la tarde libre y relajada y Phosphorescent ha tenido el detalle de acompañarme.



Col.

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